1
Respira hondo y tranquilízate antes de empezar a hablar para asegurarte de que los pulmones no se queden sin aire.
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2
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3
Habla más despacio. No te imaginas lo útil que puede ser darle a tus palabras un par de segundos de margen para que puedan salir completamente de tu boca. Las pausas también funcionan, ya que permiten al oyente digerir todo lo que acabas de decir.
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4
Practica tu gramática. Si tienes mala gramática, probablemente no seas capaz de expresar tus pensamientos y tus ideas claramente. También es aconsejable leer una gran variedad de libros para ampliar el vocabulario. Introducir unas cuantas palabras intelectuales y apropiadas aquí y allá puede ser una buena técnica para parecer más inteligente. Sin embargo, debes tener mucho cuidado, ya que si las utilizas de forma incorrecta o fuera de contexto, nadie te tomará en serio.
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5
Amplia tu vocabulario. Aprender las palabras adecuadas para expresar determinadas ideas u opiniones también puede ser de gran ayuda.
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6
Piensa antes de hablar. Si lo haces, tu mente estará despejada y ágil en el momento de decir lo que quieras decir.
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7
Puedes decirte a ti mismo (en silencio) las palabras que quieras usar para asegurarte de que sean las adecuadas.